Un 13 baktún muy otroXochitl Leyva Solano |
San Cristóbal de las Casas,
Chiapas, enero
El 13 Baktún —ciclo que comprende 5 mil 125 años de acuerdo con la cuenta larga calendárica maya— fue presentado como una mercancía más, que se podía comprar o vender gracias a las políticas multiculturales neoliberales de los gobiernos miembros del Programa Mundo Maya. Mientras, los zapatistas, con su presencia y su silencio, cuestionaban duramente las políticas capitalistas (en este caso, la industria del “turismo cultural”) al dar otro contenido a ese tiempo/espacio, al resurgir exactamente ese 21 de diciembre de 2012, cerrando y abriendo un ciclo más de las múltiples resistencias, rebeliones y rebeldías de los pueblos originarios del Abya Yala y el mundo.
Antorchistas guadalupanas, San Cristóbal de las Casas. Foto: Paco Vázquez |
Al parecer la visión maya cíclica del tiempo/espacio nos interpelaba. Así como en la estela maya del sitio sagrado de Tortuguero el inicio y el fin del 13 Baktún se marca con el descenso del dios de la guerra (Bolom Yokté), el 1 de enero de 1994 y el 21 de diciembre de 2012, los zapatistas descendieron de las montañas para tomar las cinco cabeceras municipales, símbolo político administrativo de los poderes institucionales del mal gobierno. La primera vez, en 1994, la toma se hizo con armas de fuego en la mano, para declarar la guerra al gobierno mexicano. Cuando retornaron a los mismos lugares el pasado 21 de diciembre, la toma se hizo con el silencio y con un despliegue de organización política civil, en el marco del actual mundo caracterizado por múltiples guerras y crisis. Al son del solsticio de invierno, volvimos a ver cómo se hizo carne aquello que nos dijera, en 2003, con voz firme, una compañera zapatista, en la inauguración de los Caracoles Zapatistas: “La principal arma de lucha es nuestra organización, la de todos los pueblos”.
Sí, la organización de todo, parecía la respuesta encarnada y en positivo que de inmediato dio el tercer Seminario Internacional a la pregunta zapatista: “¿Escucharon?”, lanzada en el comunicado del mismo 21 de diciembre por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del ezln, a través de su vocero. Ante el tercer Seminario Internacional de Reflexión y Análisis “Planeta Tierra: Movimientos Antisistémicos” celebrado en el cideci Las Casas/Unitierra, Chiapas, del 30 de diciembre al 2 de enero, podemos aventurarnos a decir que allí se emitió un grito colectivo, una especie de: “Sí escuchamos, aquí estamos, no nos hemos ido, seguimos en pie de lucha al lado de ustedes, con ustedes al centro, o sea, con ustedes en el corazón de nuestras luchas”.
Voz colectiva que arrancó con la bienvenida que nos dieron en tseltal, tsotsil y español, los jóvenes mayas estudiantes del cideci, secundada por la voz de miembros de organizaciones y comunidades del Congreso Nacional Indígena, así como de los barrios, movimientos y comunidades del País Mapuche, Argentina, Ecuador, Puerto Rico y Estados Unidos. Sumaron también su voz una decena de traductores/as solidarios que pasaron los mensajes al tseltal, tsotsil, inglés, francés e italiano; además, moderadoras y miembros de colectivos y radios (comunitarias, ciudadanas, autónomas) nacionales e internacionales, que jóvenes universitarios (sobre todo mexicanos y latinoamericanos), activistas de diferentes partes del mundo, artistas y poco más de una docena de estudiosos orgánicos, lo mismo de Francia y Bélgica que de Irán o México.
Lo qué unía a tantos y tan diversos era ese motor inspirador del zapatismo que ahora se renueva, esa “Digna Rabia” ante el horror causado por la destrucción, muerte y despojo orquestada a todos los niveles por el sistema patriarcal, capitalista, moderno, occidental. El estar ya no sólo diciendo no al capitalismo, no al neoliberalismo, sino estar en lo personal o lo colectivo construyendo alternativas al actual sistema. Como dejaron ver varios asistentes, van desde búsquedas serias para transformar nuestros hábitos de consumo y relaciones cotidianas, hasta la más grande articulación política de campesinos de todos los tiempos: La Vía Campesina.
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Con diferentes lenguajes, gramáticas y narrativas, varios asistentes al Seminario Internacional reflexionaron sobre la crisis financiera, alimentaria, energética, medioambiental y de la sociedad del conocimiento que vive la humanidad. Al tiempo, los pueblos originarios y las comunidades de base participantes nos recordaban cómo en diferentes latitudes se construye la autonomía sin permiso que implica —según las diferentes exposiciones— búsqueda de soberanía alimentaria, recuperación de tierras y territorio, recuperación y revaloración de conocimientos-saberes y lenguas propias, autodefensa para garantizar la seguridad comunitaria y regional, educación y salud autónomas, comunicación comunitaria y medios libres, así como el ejercicio de otra justicia ante la fallida o sesgada que ejercen los diferentes poderes de los Estado-nación, y ante las injusticias cometidas por los poderes fácticos (narcotráfico, compañías trasnacionales, paramilitares).
Es altísimo el costo humano que las comunidades (indígenas, campesinas, afrodescendientes, de base, urbanas-populares) están pagando por defender su territorio, que es su vida, como nos recordaron las campesinas del Mocase-vc de Argentina y los representantes de Cherán, Michoacán. Comunidades y movimientos aludieron a presos políticos, desaparecidos, agresiones militares, paramilitares, represión, hambre, divisiones comunitarias, criminalización. Tal vez por eso, y mucho más, Severino Sharupi Tapuy, de la Conaie, después de hacer un breve recuento autocrítico de la historia de sus luchas, dijo: “Ya no podemos seguir replegados, es un momento para avanzar, para dar nuevamente un paso adelante”. Al tiempo, en uno de los comunicados emitidos el 30 de diciembre por la comandancia zapatista se anunciaba que “en los próximos días el ezln, a través de sus comisiones Sexta e Internazional, dará a conocer una serie de iniciativas, de carácter civil y pacífico, para seguir caminando junto a los otros pueblos originarios de México y de todo el continente, y junto a quienes, en México y en el mundo entero, resisten y luchan abajo y a la izquierda”.
Vuelve a la mente la imagen de cierre-renovación que contiene el 13 Baktún, algo nada menor en estos tiempos de crisis y guerras.